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La travesía sonora de la papa

La travesía sonora de la papa

por Ronald Sánchez – Pacheco

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Una crónica que narra el viaje, el movimiento y la experiencia de producir sonidos a partir del tubérculo emblemático del Perú y la milenaria tradición que lo preserva.

En abril de este año recibí una llamada telefónica preguntándome si conocía la música generada por plantas y si era posible llevar a cabo la escucha del sonido de la papa. «Mmmm tal vez por medio de sensores con biocodificadores se podría obtener el sonido»–, respondí. Al mismo tiempo recordé que cada planta es distinta y cada estímulo suena de manera diferente; algún tiempo atrás, al trabajar con otros sonidos orgánicos, pude comprender que incluso Antaras de cerámica, Quenillas de hueso, Trompetas de caracol marino (pututo) hechos de materiales orgánicos también llevan una carga energética viva, contenida en su alquimia.

Para entonces ya conocía la experiencia de algunos investigadores extranjeros como Tarun Nayar que estaban haciendo música generada por hongos y plantas a través de electrodos insertados dentro de dichos organismos para obtener emisiones que luego son convertidas en información musical. Esta corriente es conocida como el PlantWave, y no es otra cosa que las vibraciones de las plantas, que permiten crear melodías, drones, atmósferas con fines de meditación y baños de sonidos. El Plantwave también es un dispositivo midi que convierte el biorritmo de las plantas en música. Este proceso data desde el año 2012 cuando se ofreció la primera instalación Data Garden Quartet en el Museo de Arte de Filadelfia.

Hace algunos años, como parte de una investigación con unas vasijas silbadoras de la cultura Vicús (500 a.C., aprox.), se nos ocurrió colocar un electrodo para comprobar si emitían sonido desde su parte interior. La música que obtuvimos nos dejó paralizados: escuchamos cómo la arcilla y el aire dialogaban sónicamente de manera mágica y atemporal. Para cualquier investigador de instrumentos prehispánicos, escucharlos desde su ejecución es un deleite pero escucharlos sin la intermediación de un ejecutante es otro universo. Debido a su diseño y arquitectura, fue como hacer un viaje en 3D sobre el objeto hasta sumergirnos en él desde su respiración.

Recordé un cuento de mi buen amigo y músico Dimitri Manga: «De pronto se acordó de la antara y que era bueno tocarla para la mala hora. Entonces la sacó y sopló, y el bulto negro se fue botando candelas y gritando como gato ¡Miau! y se perdió en el cerro. Así, llegó tranquilo a su casa y contó todo lo sucedido a su familia. Como ven, tocar estos instrumentos sirve para orientarse, curar las penas, que el miedo no entre, y para no perderse».

el PlantWave que no es otra cosa que las vibraciones de las plantas que permiten crear melodías, drones, atmósferas con fines de meditación y baños de sonidos.

El Plantwave también es un dispositivo midi que convierte el biorritmo de las plantas en música.

De los Andes al mundo

La papa posee más de 3 mil variedades y es un hito en la cultura peruana y en la historia mundial. Sin embargo, los propios peruanos conocen poco o nada sobre sus orígenes, sus rituales, su cultivo, su rol vital en épocas de guerra o crisis, incluso en todo el camino que debe atravesar hasta llegar a nuestro plato. Si la papa hablara, ¿qué nos diría? Con estas premisas decidí que este emblemático tubérculo cuente su propia historia, que sea ella quien emita sus propios sonidos y tal vez su música.

 
Para conocerla más de cerca me fui muy temprano al Mercado Central, centro de abastos desde hace más de un siglo en Lima. Pregunté en qué lugares podría encontrar la mayor variedad de papas y escuché una voz muy peculiar: «¡Papas canchán casero, son papas que no son aguachentas, sequitas por dentro y rápidas de cocinar! ¡Sequitas por dentro!». Giré buscando a la persona que pregonaba estas ventas y, efectivamente, tenía en su tienda papas colgantes. La de color rosado era la benefactora de tales propiedades e inmediatamente pensé: «¿Y si la canchán la toco cómo si fuera una antigua antara milenaria?».

Entre el tumulto y los ruidos propios del gran mercado mayorista, recordé los tubos irregulares que conforman el instrumento andino, los que permiten producir el sonido con ese soplo básico. Entonces compré la papa rosada y me fui pensando en el sonido rajado, en la acústica, en la simbiosis entre la papa y la antara.

«…en el tiempo permanece, /en la oscuridad mira, / en el silencio habla, / Papamama de los Andes, / corazón de la tierra…»

(Poema de Isabel Álvarez)

Al término del día, llegué a mi estudio y con los instrumentos adecuados logré generar el orificio, el conducto en la papa, donde según yo y según mis predicciones podría llevarse a cabo el uso deseado, como si fuera un instrumento. Llevando así el tubérculo al mundo de la plantwave o música vegetal. El resultado fue alentador: oír el corazón mismo de este tubérculo fue un acto que expande toda imaginación. Desde sus orígenes de domesticación en el distrito de Capachica (Puno), hace por lo menos 8 mil años, hasta hoy.

En Lima, la papa se abastece en los mercados gracias a las 19 regiones del país que las producen. Esto permite tener un flujo constante del alimento durante todo el año. Los costos siempre varían, y el agricultor, quién la cosecha no capitaliza de manera recíproca sus costos, su esfuerzo y la dimensión real de su trabajo. Para llegar a la mesa del consumidor, sufre una serie de castigos y sucumbe a muchas cadenas de intermediarios. Sigue siendo un tema de explotadores y explotados. Incluso se podría decir que es un trabajo «de pobres» porque el grueso de la población pobre trabaja en los campos pertenece a una clase baja. Así se produce el fenómeno de que los alimentos de la tierra o del campo son considerados de poco coste o mano de obra elemental. «Ahora mismo los campesinos del mundo nos subsidian a todos».

El paso que logramos para hacer sonar a la papa fue el siguiente: seleccionamos una serie de papas por su tamaño entre largo y ancho. Considerando su espesor, se logra tener en claro las medidas del diámetro interno para lograr así las notas musicales. A continuación, se seca la papa para conservar mejor su orificio de soplo. Luego de obtener este registro en un escala afinada en RE, pasamos a grabar cada soplo o cada papa, o cada registro como si fuera una nota musical,. Gracias a unos electrodos conectados a las hojas se recogen los  impulsos de las plantas al registrar las variaciones eléctricas. Utilizamos un Arduino simple que convierte este impulso en una serie de comandos conectados vía midi a un programa de música (Ableton) en el ordenador. Esto nos permitió escuchar el propio impulso de la hoja de la papa haciendo sonar al tubérculo previamente grabado.

«Científicos encontraron que las plantas gritan cuando son cortadas, un estudio por la Universidad de Tel Aviv demuestra que plantas como el tabaco, el tomate, entre otras, hacen ruidos cuando son deshidratadas o cortadas, lo más cercano a como suena sería como oír granos de maíz explotando»

(Hans Fisher, youtuber @hansfischerrr.)

El día anterior a la cosecha

Esta experimentación me llevó a diseñar una exhibición donde se pudiera mostrar este viaje sonoro de la papa. Gracias al Centro Cultural de España en Lima pude exponer las variedades de papas más consumidas en todo el país: la papa huayro, la amarilla y la peruanita. La sala principal de exposición fue convertida en un campo de cosecha, tal como se realiza en los Andes peruanos, incluyendo su respectivo pagapu.

El pagapu es un ritual ancestral en el cual se rinde ofrendas y agradecimientos a la tierra: «Tenemos esta costumbre de ofrecer pago a la tierra por motivos que a veces en nuestros cultivos, necesitamos bienestar y fecundidad para nuestras cosechas; nosotros que somos de la agricultura sufrimos cuando los campos no son fértiles, cuando el agua baja y el nivel de lluvias escasea. Hemos acordado los cuatro comités de la comisión San Bartolomé poder realizar este pago, y lo importante de esta costumbre ancestral, para que nos proteja». (Miguel Rojas, agricultor del distrito de San Bartolomé, Valle Tarma. Mayo, 2023).

El día anterior a la inauguración me dispuse a colocar las flores amarillas por encima de los montículos de tierra. Sí, al madurar la papa, desarrolla unas hermosas flores que sobresalen de la tierra. Son un indicativo para remover el suelo y separar las papas de la planta madre. Este suelo posee una gran cantidad de materia orgánica, como follaj,e que debe ser primero recogido para luego cortar las raíces que pasan por debajo de las papas. A este tipo de cosecha se le denomina la manual o tradicional, arrancar, recoger o echar mano al tubérculo. Este es el sistema o técnica predominante en el país, el cual garantiza una cosecha óptima de mayor responsabilidad y calidad.


Mi idea consistía en crear unos surcos de tierra para luego dejar al descubierto la planta, quedando en la superficie los tubérculos listos para ser recogidos, acto muy significativo en el proceso de la cosecha.

A poco de culminar esta acción, me invadió un desconcierto sobre esta instalación: ¿Está lista para presentarla? Sabía que el panorama era muy exigente, entre invitados y especialistas agropecuarios, representantes de instituciones en el tema del cultivo, agricultores y estudiantes. No supe cuánto tiempo me quedé sentado en la sala, contemplando la oscuridad. Solo recuerdo que era de noche y alguien encendió la luz. Era María, encargada de la limpieza: «¿Qué le pasó?, ¿por qué está en el piso?», me preguntó. Inmediatamente nuestras miradas cayeron al suelo sobre el montaje de la cosecha de papa. María se quedó observando con prudencia, le conté que hice algunos viajes de campo y revisé muchos documentos entre fotos, textos y videos para poder acercarme a la tarea encomendada. María respondió: «Hace algunos años atrás me dedicaba a la siembra de la papa. Era común en mi comunidad de Cátac, en Áncash. Fue nuestra principal fuente de trabajo, antes de viajar a Lima tuve que desafiliarme del comité de productores de la papa de mi región. Los recintos que has depositado están bien, la tierra se aprecia por sus niveles. Así es como cosechamos también en nuestra comunidad. Me has hecho acordar desde el momento de la floración antes de la cosecha, donde la tierra toma esa densidad por el sol y el frío, hasta finalmente ser cosechada».

Muchos días después de la inauguración recordé unas palabras del maestro Victoriano Morales, agricultor del Fundo Monte Azul en la ciudad de Huánuco: «Nuestro objetivo es preservar la papa nativa en el ámbito nacional, como guardianes, como pequeños productores que conservamos, nosotros los agricultores llamados guardianes herederos de nuestras familias, nuestros padres. Sin embargo, vivimos en condiciones de pobreza y nos sentimos orgullosos de conservar. En si no somos pobres, pero políticamente nos consideran como pobres. Nosotros tenemos riquezas y sabiduría de muchos años, cada uno conserva de 50 a 500 variedades».


Te imaginas un alimento con más de 10 mil años de antigüedad y que actualmente hemos podido oír su latido, su semilla y su piel. Esta propuesta nos conecta con los orígenes de la papa. Aquí el tubérculo se ha vuelto sonido, ha sido soplado directamente a modo de instrumento u objeto sonoro para comunicar su propio lenguaje, para saber de su pálpito bajo la tierra y cómo los antiguos pobladores han continuado adorando este alimento junto a creencias mágico religiosas. Por eso, tratamos de escuchar su peregrinación. Melodías y sonidos marcan el viaje de la papa. De esta forma, la música y el sonido son reflejo de un manto extenso, una dádiva, un ungüento, un alimento de la tierra. Una semilla hacia el futuro.

Músico / Altiplano

Ronald Sánchez–Pacheco conocido como «Altiplano», es compositor de música para espacios museográficos, arqueológicos entre otros.

Altiplano ha desarrollado un enfoque de sonido único, combinando los instrumentos prehispánicos andinos con la música electrónica contemporánea. Genera piezas de sonido y arquitectura de sonido para museos, galerías de arte, actuaciones en vivo, así como producción musical para televisión y radio.

Entre la música e instrumentos tradicionales a su trabajo se le denomina “Folclore Cósmico o Folclore ambiental” Su labor ha formado parte de importantes muestras fusionando instrumentos prehispánicos con la música contemporánea, llevando nuestra música y su interés de ser partícipes de una gesta cultural del Perú al mundo.